José María Galán
Frustración y coraje, sí, ese fue justo el reflejo del rostro de Susana Harp, durante su asistencia como invitada especial a la instalación de la LXV Legislatura Local.
Su improvisado equipo, la cerrazón y la soberbia que en corrillos le imputan, la pusieron en una situación más que vergonzosa: humillante.
Dos fracasos que no le anticiparon: la debilidad de su bloque morenista en el Congreso, incluso con la suma efímera de la diputada del Partido Unidad Popular, cuyo partido apoya a Armando Contreras Castillo en su postulación como aspirante a candidato y, la anulación de la que fue víctima por la mayoría asistente, tras la llegada de su opositor más cercano en la contienda interna de Morena al mismo evento : Salomón Jara Cruz.
Ni aún con el respaldo de los presidentes municipales electo y en de Oaxaca de Juárez, y dos o tres colaboradores y reporteros que andan en busca de convenio, Susana Harp pudo distinguirse entre los presentes. Para ella no hubo ni espacio en la Jucopo ni en la Mesa Directiva, para ella no hubo vítores ni aplausos.
Le fallaron sus amigos, sus cercanos; le falló también quien se dice líder de Morena, Sesul Bolaños, quien en su afán de seguir con sus negocios redondos le mintió a Susana.
Le falló Flavio Sosa “líder moral del pueblo oaxaqueño”. Le fallaron aquellos que dicen mover las masas y que en esta ocasión no pudieron lograr ni el consenso para formar parte de los órganos rectores del Congreso.
Encuestas falsas, videos mal hechos, giras que cuelgan de otros actores como el rector de la UABJO con la pretensión de hacerla crecer en simpatías, todo fracaso también por dos razones :
No se puede empatizar cuando no se ha vivido entre el pueblo, cuando los privilegios del dinero la hicieron vivir realidades ajenas a las del ciudadanos común, cuando tu carácter, actitud y tú soberbia cierran tu círculo cercano y no escuchas los consejos.
Ni se puede crecer si tu equipo se ha caracterizado por la deslealtad, cuando sus historias se basan en la traición hacia quienes les abrieron la puerta hacia el ejercicio político.
Pero mucho menos, puedes aspirar competir y ganar si careces de un grupo de asesores que te orienten y dirijan hacia el objetivo que pretendes.
La instalación de la LXV Legislatura pareció anunciar por anticipado el destino de Susana Harp y sus ocho mosqueteros.