¿Tolerará Oaxaca más improvisación y saqueo a favor de los ricos?
Por: José María Galán
Cuanta preocupación siento como ciudadano, al ver los resultados de una decisión que se toma por intereses de grupos que pretenden, desde los gobiernos, maniobrar para emprender grandes negocios con los recursos públicos, ignorando por completo la necesidad de la población de contar con mandatarios sensibles y corresponsables con quienes los lleva al poder.
Más aún, cuando estos grupos y acuerdos que se toman desde las cúpulas partidistas en contubernio con los poderosos empresarios, no reparan en los perfiles que se requieren para conducir los destinos de una municipalidad o un estado.
En los últimos años, la voracidad de la clase empresarial del país puso su mirada en lo que redundaría para ellos uno de sus más grandes negocios, el control de las finanzas públicas; convencer a las dirigencias partidistas no fue nada difícil, en un país y sobre todo en un estado como Oaxaca, en que la política se ha convertido en una empresa de altos rendimientos económicos.
En su afán de “exprimir” las arcas de los gobiernos, lograron imponer mandatarios como Gabino Cué Monteagudo, que se convirtió en el primer gran fracaso de los experimentos de unidad entre partidos, impulsado por la clase aristócrata y empresarial, cuyo saqueo provocó los socavones financieros que ahogan en la actualidad al gobierno estatal y provocan la parálisis económica que induce al despido masivo de miles de empleados de diferentes áreas.
El segundo a cuentas es Oswaldo García Jarquín, que, sin ninguna experiencia previa, llega a la Presidencia Municipal de Oaxaca de Juárez, bajo la misma práctica de coacción, confirmando que las apuestas hechas por los que controlan el poder empresarial no tienen el mínimo interés en la población, su fin es y será siempre, saquear las arcas de los gobiernos.
Los tiempos que se avecinan de alto riesgo para Oaxaca
La amarga experiencia vivida en la última semana por la sociedad oaxaqueña, secuestrada por uno de los sindicatos que operan en el municipio de la capital, que exige la solución de sus demandas planteadas durante toda la administración de Oswaldo García Jarquín, prende los focos rojos para el electorado y debería hacerlo para los grupos políticos de la entidad que cada día pierden más terreno frente a la comunidad.
La elección de un o una candidata para la gubernatura del estado, nos lleva a la reflexión obligada de lo que queremos para Oaxaca, repetir la historia vivida en la última década sumiría aún más a la población en la pobreza, ceder de nueva cuenta el control a los potentados capitalistas es condenar a las y los oaxaqueños a observar como sus dineros vuelan hacia paraísos fiscales donde se protegen para beneficio de una clase muy reducida.
Y ahí está el ejemplo de quien ha respaldado proyectos políticos como los mencionados, y que hoy se exhibe en sendas listas que forman parte de la investigación periodística del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, denominada Pandora Papers: Alfredo Harp Helú.
Sí estimado lector, el mismo “benefactor cultural” de Oaxaca que se ha apropiado de varios inmuebles históricos, bajo el pretexto de rescatarlos.
Sí, el tío de Susana Harp Iturribarría, aspirante a la candidatura por Morena, la cantante, la que se resistía a ser senadora y la que hoy se pasea por el estado que antes no se interesó en conocer.
La filtración de los documentos financieros, incluye a 25 mexicanos que movieron alrededor de mil 270 millones de dólares a jurisdicciones offshore – costa fuera-, es decir, a territorios fuera de México donde no se pagan impuestos o estos son muy bajos.
Impuestos que son necesarios para incentivar el desarrollo social del país a través de obras y servicios que se requieren garantizar una vida digna a la población. A la empresa bancaria de este multimillonario, que sin duda tiene interés en que su sobrina llegue a la gubernatura de Oaxaca, el Sistema de Atención Tributaria – SAT- le condonó más de 10 mil millones de pesos, en épocas en que gobernaron Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.
La historia de corrupción que envuelve a Harp Helú, se remite incluso a los tiempos del Fobaproa, cuando ese programa fraudulento se utilizó para rescatar a los ricos que se fueron a la quiebra, por quien entonces estuvo al frente de la primera magistratura del país: Ernesto Zedillo.
Gobernar para los ricos es una historia que se ha repetido en el país desde hace dos décadas y en Oaxaca, en las últimas administraciones estatales y municipales, la pregunta sería entonces: ¿toleraremos los oaxaqueños otro sexenio de improvisación y favoritismo para los grupos de poder político y económico de la entidad?