José María Galán
Dice la frase común que para conocer a una persona hay que observar cómo lo hace cuando tiene poder, pues surgirán todos sus instintos, sus virtudes, sus traumas y se hará evidente la esencia de su naturaleza.
Y sin lugar a dudas, en Oaxaca, la campaña interna de Morena resulta tan reveladora como el mismo poder, es natural, pues una campaña política es la expresión concentrada de la lucha por el poder, desde luego el poder en sí mismo no es ni diabólico ni condenable, pues como AMLO lo ha señalado, el poder adquiere sentido y grandeza si se pone al servicio de la sociedad.
Es el caso que en Oaxaca ha surgido un fenómeno que ejemplifica la descomposición de la política, el de la Casta Susana, que llegó a la política por casualidad, aprovechó una invitación y casi con desprecio aceptó los beneficios, pero menospreció a los que la invitan, a los morenistas y al propio partido.
Una vez instalada en el camino del poder, la Casta Susana decidió nuevamente aprovechar la ocasión, y así lo advirtió frente a sus correligionarios : “¿cómo negarme si por varios meses me vi encabezando las encuestas?”, dijo.
Esa es su verdadera motivación, aprovechar una situación que ella no construyó, pero si la vida se la “regala”, la toma sin recato.
Su imagen de artista, ajena a la política, le da también la oportunidad de presentarse como una virtuosa sin mancha y persona bien intencionada.
Pero eso sólo era la portada del propósito, la envoltura de un regalo envenenado.
En realidad, la Casta Susana hace lo contrario de lo que pregona, su bandera de publicidad es la defensa de la cultura artesanal, en especial, de la creación textil, señalando que apoderarse de diseños y colores de los artistas oaxaqueños es un robo.
Nada más ajeno a ese objetivo, pues bajo ese discurso busca apropiarse de la lucha política y social de cientos de oaxaqueños y oaxaqueñas que han logrado que gradualmente se pueda transformar su realidad a base mucho esfuerzo y no por la intervención de la senadora quien sin recato se favorece con su actuar como transnacional textilera.
Su falta de congruencia y ética es más evidente cuando se rodea de aliados y operadores,cuya reconocidos como traidores, provocadores y bandidos de la manipulación, quienes forman su primer círculo, lo que explica como en los últimos días, en un estado de desesperación, recurren a las peores prácticas que pueden usarse en la guerra sucia, asociándose lo mismo con funcionarios del gobierno priísta como Arturo Peimber, quien nutre de contactos y material de difamación a adversarios a muerte de AMLO y la 4T como Raymundo Rivapalacio, quien se suma a fortalecer la difamación sin sustento contra el más fuerte aspirante de Morena, buscando sólo un efecto electoral de corto plazo, o circulando versiones de que otros candidatos declinan a su favor y otros recursos sucios.
La Casta Susana sin embargo, olvidó que a las y los oaxaqueños la memoria no les falla y tienen claro quiénes destruyeron a Oaxaca en el 2006 y quiénes son los que actualmente insisten en el control económico, político y social de la entidad.
Lo cierto es que a estas alturas está claro que doña Susana y sus asociados no serán los ungidos, pero la exhibición de bajezas y falta de escrúpulos quedarán como una marca que como dice AMLO no se borrará ni con toda el agua de los océanos.